martes, 29 de mayo de 2007

LAS URNAS HAN HABLADO

El pasado día 27 se celebraron elecciones municipales y autonómicas. Municipales en toda España y autonómicas en todas las comunidades menos en Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco (Euscadi).
Se desarrollaron, si exceptuamos en algunas mesas electorales de Euscadi, con total y absoluta normalidad. Normalidad democrática como no podía ser de otra manera. El pueblo aprende y su comportamiento es ejemplar.
Los que deciden votar lo hacen en tono festivo y cumpliendo lo que entienden que es su deber. El manifestarse democraticamente en las mesas electorales es no sólo un deber sino una obligación ciudadana y el deber cumplido siempre produce satisfacción. Por el contrario los que deciden no depositar su voto en las urnas por entender que la oferta electoral no satisface sus espectativas u otras causas, también se sienten satisfechos. Ejercen su derecho a no votar. Este derecho es tan legítimo como el contrario.
A partir de las 20 horas, momento en que se cierran los colegios electorales, toda la prensa se afana en aportar datos con los resultados obtenidos por los distintos partidos y agrupaciones políticas. Las emisoras de radio y televisión se esfuerzan por adelantarse a sus competidoras y ofrecer datos y porcentajes de las mesas escrutadas. Son resultados parciales, pero... son un adelanto bastante aproximado de los datos que figurarán en los resultados finales. En los tiempos actuales, y gracias sobre todo a la informática, los escrutinios son conocidos casi instantaneamente tanto a nivel local como provincial, autonómico o nacional.
Los resultados obtenidos producen en todos los partidos enormes dosis de satisfación. Ese es el milagro de todas las elecciones. ¡A todos contenta el naipe!. Cada uno hace su propia lectura de los datos. Unos habrán ganado en votos, otros en el número de concejales obtenidos y otros en el número de representantes a las Cortes Regionales de su respectiva Comunidad. ¡Habrá mayor placer que ganar en una reñida competición electoral!
Todos los partidos o grupos creen tener suficientes motivos para ser felicitados, y de hecho se autofelicitan. Se saludan efusivamente, se abrazan,los teléfonos móviles no dejan de sonar para darse los parabienes. Algunos son más expresivos y delante de sus compañeros de partido dan saltitos de alegría festejando el triunfo electoral. La televisión actúa de notario en estas manifestaciones. ¡Qué tupé!.
Posiblemente no sean conscientes de que es a ellos y sólo a ellos a los que verdadramente les interesa el tema; al pueblo llano practicamente no les preocupa. Su interés es mínimo. Sabe que en poco va a cambiar su futuro, mande quien mande. Al principio y, si he de ser sincero, sólo muy al principio, habrá ligerísimas diferencias con los que mandaban anteriormente. Pasado un poco tiempo, yo diría muy poco tiempo, ... más de lo mismo.




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