jueves, 17 de mayo de 2007

ENGRASADAS LAS MAQUINARIAS ELECTORALES

Conforme avanzan las fechas en el calendario, los partidos políticos van perfilando sus programas electorales. Sus ideólogos marcan los caminos por donde deben discurrir los comunicados a la sociedad a través de los medios de comunicación: prensa, radio y televisión. Es esta sociedad receptora, la que vota, el destino final de toda la estrategia electoral. Es a ella y sólo a ella a la que deben convencer los citados ideólogos, de la bondad de sus propuestas. Son otros, tal vez los más conocidos por el gran público, los políticos, los encargados de transmitir dichas propuestas en las múltiples intervenciones públicas que realizan a lo largo de toda la campaña. Son a los que llamaría "políticos mitineros". Se especializan en este tipo de actos y no sólo no les cuesta participar en los mismos sino que lo hacen a gusto y se desenvuelven en los mismos con suma facilidad. Normalmente cuentan con un auditorio afín y que de antemano está predispuesto a la comprensión y la mayor parte de las veces al aplauso fácil. En los mítines cuidan el tono, los gestos y las frases de terminación de sus intervenciones. Todo ello está previamente estudiado y cuidado al más mínimo detalle. Forma parte del gran conjunto estratégico que deberá conducir al triunfo electoral, única razón de toda la parafernalia montada.
Mientras tanto la sociedad, en su mayor parte, permanece al margen de toda inquietud política. Sus preocupaciones e inquietudes van por otros caminos. Están sensibilizados por la educación de sus hijos, por la cesta de la compra, por la adquisición de su vivienda, por un puesto de trabajo para sus hijos/as, por la marcha de la empresa donde trabajan-ante la posible pérdida del empleo- y si se quiere de una forma más superficial, del lugar donde disfrutarán sus próximas vacaciones. Los líos de la política apenas les preocupa. En el mejor de los casos un poco a la hora de votar. Realmente existe un gran desencuentro entre los políticos y la sociedad a la que dicen servir. ¡Cuándo se darán cuenta!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

O es usted político o es gran conocedor de la política.
Sólo le ha faltado decir que si tuvieramos el valor de no ir a votar nadie entonces si se darian cuenta de la barbariddaes que se dicen, que dicen y que luego la mayor parte de ellos no las cumplen.

Julian dijo...

Querido anónimo: No soy político y por desgracia no conozco la política, al menos desde dentro. Mi comentario se apoya en la observación y tal vez en el desencanto que me ha producido lo poco fiable que son las promesas electorales de los políticos en campaña.
En cuanto a la valentía de no acudir a votar, he de decirle que esa sería una manera de manifestar el desencuentro existente entre los políticos que nos quieren gobernar y la ciudadanía a la que dicen querer servir. Saludos